Qué es un ataque de fuerza bruta en ciberseguridad

¿Qué es un ataque de fuerza bruta?

Los ataques de fuerza bruta son una de las amenazas más sencillas, aunque persistentes, a las que se enfrentan tanto las personas como las organizaciones. Estos ataques se basan en el ensayo y error para obtener acceso no autorizado a sistemas, redes o cuentas.

El término “fuerza bruta” describe adecuadamente el método: los atacantes utilizan la potencia bruta de cálculo para adivinar sistemáticamente posibles combinaciones de credenciales hasta que encuentran la correcta.

Entender qué es un ataque de fuerza bruta, cómo funciona y cómo defenderse de él es crucial para mantener unas prácticas de ciberseguridad sólidas.


Índice

  1. ¿Qué es un ataque de fuerza bruta?
  2. ¿Cómo funciona un ataque de fuerza bruta?
  3. Tipos de ataques de fuerza bruta
  4. ¿Por qué son peligrosos los ataques de fuerza bruta?
  5. Cómo prevenir los ataques de fuerza bruta
  6. Herramientas y técnicas para ataques de fuerza bruta
  7. Cómo pueden protegerse las organizaciones

¿Qué es un ataque de fuerza bruta?

Un ataque de fuerza bruta es una amenaza de ciberseguridad en la que los atacantes intentan obtener acceso no autorizado a un sistema, red o cuenta probando sistemáticamente todas las combinaciones posibles de contraseñas o claves de cifrado hasta encontrar la correcta. A diferencia de los ataques más sofisticados que explotan vulnerabilidades o utilizan tácticas de ingeniería social, los ataques de fuerza bruta son relativamente sencillos. Se basan en la potencia computacional bruta para realizar intentos exhaustivos de adivinación para descifrar una contraseña o clave.

Los ataques de fuerza bruta pueden dirigirse a cualquier sistema o servicio que requiera un inicio de sesión, lo que los convierte en una amenaza universal en diversas plataformas, desde cuentas personales y sitios web hasta bases de datos corporativas y dispositivos de red. La eficacia del método depende en gran medida de la complejidad de la contraseña o clave de cifrado del objetivo y de los recursos informáticos del atacante. Mientras que los ataques sencillos pueden tardar unos segundos en descifrar contraseñas débiles, los más complejos pueden llevar semanas, meses o incluso más tiempo, sobre todo si se aplican las medidas de seguridad adecuadas.


¿Cómo funciona un ataque de fuerza bruta?

Los ataques de fuerza bruta se ejecutan mediante herramientas de software que automatizan el proceso de adivinar posibles contraseñas o claves criptográficas. Estas herramientas pueden generar miles o incluso millones de combinaciones posibles por segundo, dependiendo de la potencia de cálculo disponible. Cuanto más compleja sea la contraseña o clave del objetivo, más tiempo se tarda en descifrarla utilizando la fuerza bruta. Sin embargo, los atacantes suelen optimizar sus estrategias centrándose en contraseñas comunes o utilizando información obtenida de anteriores violaciones de datos.

Pasos clave de un ataque de fuerza bruta:

  1. Identificación del objetivo: El atacante selecciona una cuenta, un sistema o una red específicos para violarlos.
  2. Elegir el método de ataque: Puede ir desde un ataque básico de fuerza bruta, en el que se prueban todas las combinaciones, hasta un enfoque más específico, como un ataque de diccionario.
  3. Uso de herramientas automatizadas: El atacante despliega herramientas de software (por ejemplo, Hydra, John el Destripador) que pueden probar rápidamente diferentes combinaciones.
  4. Analiza los resultados: Si tiene éxito, el atacante obtiene acceso no autorizado. Si no, el proceso continúa, pudiendo cambiar de métodos o herramientas.

Los atacantes también pueden aprovechar las bases de datos de contraseñas robadas para aumentar sus posibilidades de éxito, empleando métodos como el relleno de credenciales para automatizar el proceso de probar combinaciones conocidas en varios sitios.


Tipos de ataques de fuerza bruta

Los ataques de fuerza bruta se presentan de varias formas, cada una diferente en estrategia y complejidad:

1. Ataque simple de fuerza bruta

Este método consiste en probar todas las combinaciones posibles hasta encontrar la correcta. Aunque eficaz, este método puede llevar mucho tiempo, especialmente cuando se trata de contraseñas fuertes y complejas. Por ejemplo, una contraseña de 8 caracteres que utilice una mezcla de mayúsculas, minúsculas, números y símbolos podría tardar años en descifrarse utilizando este método.

2. Ataque de diccionario

Los ataques de diccionario utilizan una lista de palabras, frases y combinaciones comunes que tienen más probabilidades de ser utilizadas como contraseñas. Este tipo de ataque es más rápido que un simple ataque de fuerza bruta porque reduce las posibilidades a un conjunto predefinido de contraseñas probables.

3. Ataque híbrido de fuerza bruta

Combinando los dos métodos anteriores, los ataques híbridos utilizan un diccionario de contraseñas comunes y les añaden o anteponen caracteres sistemáticamente. Por ejemplo, si la contraseña base es “contraseña”, un ataque híbrido podría intentar “contraseña1”, “contraseña2”, etc.

4. Ataque de fuerza bruta inverso

En un ataque de fuerza bruta inverso, el atacante comienza con una contraseña conocida y luego busca posibles nombres de usuario asociados a ella. Este método suele utilizarse cuando los atacantes tienen acceso a un archivo de contraseñas y necesitan encontrar un nombre de usuario que coincida.

5. Relleno de credenciales

El relleno de credenciales consiste en utilizar nombres de usuario y contraseñas de anteriores violaciones de datos para acceder a otros sitios. Dada la frecuencia de reutilización de contraseñas, el relleno de credenciales puede ser increíblemente eficaz.


¿Por qué son peligrosos los ataques de fuerza bruta?

Los ataques de fuerza bruta suponen una amenaza sustancial tanto para las personas como para las organizaciones, debido a su potencial para comprometer información sensible, interrumpir operaciones y causar importantes daños financieros y de reputación.

A diferencia de los ataques más sofisticados, que pueden requerir conocimientos avanzados o explotar vulnerabilidades específicas, los ataques de fuerza bruta son relativamente sencillos de ejecutar, lo que los hace accesibles incluso a los hackers aficionados. Su uso generalizado y su facilidad de ejecución los hacen especialmente peligrosos por varias razones:

  1. Alta probabilidad de éxito a lo largo del tiempo. Con el tiempo y la potencia de cálculo suficientes, los ataques de fuerza bruta pueden acabar teniendo éxito. Como se basan en adivinar sistemáticamente todas las combinaciones posibles de una contraseña o clave de encriptación, incluso los sistemas más seguros pueden ser vulnerables si no están adecuadamente protegidos. Esta inevitabilidad es lo que hace que los ataques de fuerza bruta sean tan amenazadores: no requieren que el atacante encuentre una vulnerabilidad en el propio sistema, sólo que tenga la persistencia y los recursos suficientes para seguir adivinando.
  2. Explotación de contraseñas débiles. Uno de los objetivos más comunes de los ataques de fuerza bruta son las contraseñas débiles o fáciles de adivinar. Muchos usuarios siguen confiando en contraseñas sencillas como “password123” o utilizan información personal como nombres o cumpleaños, que se adivinan fácilmente mediante herramientas automatizadas. Como resultado, los atacantes a menudo pueden entrar en las cuentas con un esfuerzo mínimo, especialmente si los usuarios no siguen unas directrices estrictas en materia de contraseñas. Esto puede provocar el acceso no autorizado a cuentas personales, información financiera e incluso sistemas corporativos.
  3. Potencial de violación de datos. Una vez dentro de un sistema, los atacantes pueden acceder a datos sensibles, como información personal, registros financieros, propiedad intelectual y comunicaciones empresariales confidenciales. Las violaciones de datos resultantes de ataques de fuerza bruta pueden tener graves consecuencias, como el robo de identidad, el fraude financiero y la filtración de información confidencial. Para las organizaciones, esto podría significar perder ventajas competitivas o enfrentarse a responsabilidades legales debido a los datos comprometidos de los clientes.
  4. Perturbación empresarial y pérdidas económicas. Los ataques de fuerza bruta pueden causar importantes trastornos en las operaciones empresariales. Los ataques exitosos pueden provocar tiempos de inactividad, en los que los servicios se interrumpen mientras los equipos de seguridad trabajan para mitigar el ataque y reforzar las defensas. Este tiempo de inactividad puede provocar pérdida de productividad, pérdida de oportunidades de negocio y una disminución de la confianza de los clientes. Además, los costes asociados a la respuesta a una brecha -como honorarios legales, multas reglamentarias e indemnizaciones a los clientes afectados- pueden ser considerables. Un estudio de IBM reveló que el coste medio de una violación de datos fue de 4,24 millones de dólares en 2021, siendo los ataques de fuerza bruta un factor clave.
  5. Daño reputacional. Para las empresas, un ataque de fuerza bruta con éxito puede provocar daños a la reputación a largo plazo. Los clientes y socios pierden la confianza en las empresas que no pueden proteger sus datos, lo que conlleva una pérdida potencial de negocio e impactos negativos en la imagen de marca. La noticia de una violación de datos o de una cuenta comprometida puede difundirse rápidamente, especialmente en las redes sociales, lo que hace que el problema de la percepción pública sea aún más difícil de gestionar. Esta erosión de la confianza puede tener un impacto duradero, afectando a la retención de clientes y a la adquisición de nuevos clientes.
  6. Facilitación de otros ataques. Los ataques de fuerza bruta suelen servir de puerta de entrada a ataques más graves y selectivos. Una vez que un atacante obtiene acceso a una cuenta o sistema, puede utilizarlo como punto de apoyo para lanzar ataques más sofisticados, como instalar malware, exfiltrar datos o escalar privilegios dentro de una red. Esto puede hacer que el ataque inicial de fuerza bruta no sea más que el principio de un ciberataque más extenso y potencialmente devastador.
  7. Sofisticación y automatización crecientes. Los ataques modernos de fuerza bruta se han vuelto más sofisticados y automatizados, aprovechando las redes de bots y la computación en la nube para amplificar su poder. Los atacantes pueden utilizar redes distribuidas de dispositivos comprometidos (botnets) para realizar ataques de fuerza bruta a gran escala, aumentando significativamente la velocidad y el volumen de los intentos. Esto hace que las medidas de seguridad tradicionales, como la limitación de velocidad y el bloqueo de IP, sean menos eficaces, ya que los ataques pueden originarse desde miles de direcciones IP únicas.
  8. Relleno de credenciales y efecto combinado. El relleno de credenciales, un tipo de ataque de fuerza bruta en el que los atacantes utilizan pares de nombre de usuario-contraseña de anteriores violaciones de datos para acceder a otras cuentas, pone de relieve otra capa de peligro. Dada la frecuencia de la reutilización de contraseñas, los ataques con éxito en una plataforma pueden provocar una cascada de violaciones de cuentas en múltiples servicios. Este efecto compuesto hace que los ataques de fuerza bruta sean aún más peligrosos, ya que pueden explotar las vulnerabilidades creadas por el comportamiento de los usuarios en varios sistemas.

Cómo prevenir los ataques de fuerza bruta

Dadas las graves implicaciones de los ataques de fuerza bruta, es crucial aplicar medidas preventivas. Algunas estrategias eficaces son:

  1. Políticas de contraseñas fuertes. Fomentar u obligar al uso de contraseñas fuertes y complejas puede reducir drásticamente la tasa de éxito de los ataques de fuerza bruta. Las contraseñas deben incluir una mezcla de letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales, y deben cambiarse con regularidad.
  2. Autenticación de dos factores (2FA). La autenticación de dos factores añade una capa adicional de seguridad al requerir una segunda forma de verificación (como un código de mensaje de texto o una aplicación de autenticación) además de una contraseña. Esto hace que sea mucho más difícil para los atacantes obtener acceso, incluso si han conseguido descifrar la contraseña.
  3. Mecanismos de bloqueo de cuentas. Implementar mecanismos de bloqueo de cuentas que bloqueen temporalmente el acceso tras un cierto número de intentos fallidos de inicio de sesión puede impedir que continúen los ataques de fuerza bruta. Este enfoque limita el número de intentos que puede realizar un atacante.
  4. Listas blancas y listas negras de IP. Permitiendo el acceso sólo desde determinadas direcciones IP (listas blancas) o bloqueando direcciones IP específicas conocidas por actividades maliciosas (listas negras), puedes controlar y proteger aún más el acceso a los sistemas.
  5. Supervisa y analiza los intentos de inicio de sesión. Supervisar regularmente los intentos de inicio de sesión y analizar patrones puede ayudar a detectar a tiempo los ataques de fuerza bruta.
  6. Utiliza la limitación de velocidad. La limitación de la tasa es una técnica que controla el número de solicitudes que puede hacer un usuario en un plazo determinado. Limitando los intentos de inicio de sesión, puedes reducir eficazmente las posibilidades de éxito de un ataque de fuerza bruta.
  7. Implementación de Captcha. La introducción de desafíos CAPTCHA puede prevenir eficazmente los ataques automatizados de fuerza bruta, garantizando que los intentos de inicio de sesión sean realizados por humanos y no por herramientas automatizadas.

Herramientas y técnicas para ataques de fuerza bruta

Los ataques de fuerza bruta son relativamente sencillos en su concepto, pero pueden ejecutarse utilizando diversas herramientas y técnicas sofisticadas. Tanto los atacantes como los profesionales de la seguridad deben conocer el arsenal de que disponen los ciberdelincuentes para defenderse mejor de las posibles amenazas. Las herramientas de fuerza bruta automatizan el proceso de adivinar contraseñas o claves de cifrado, lo que aumenta significativamente la velocidad y eficacia de tales ataques.

Herramientas populares para ataques de fuerza bruta

Existen numerosas herramientas que los atacantes utilizan para automatizar los ataques de fuerza bruta. Estas herramientas difieren en sus capacidades, protocolos soportados y facilidad de uso. He aquí algunas de las herramientas más utilizadas:

  • Hydra: Hydra, un crackeador de inicios de sesión de red muy popular y potente, es compatible con numerosos protocolos, como FTP, SSH, Telnet, HTTP, HTTPS, SMB y otros. Hydra es conocido por su velocidad y versatilidad, lo que permite a los atacantes atacar una gran variedad de servicios. Admite intentos de inicio de sesión en paralelo, lo que acelera el proceso de ataque.
  • Juan el Destripador: Una de las herramientas de descifrado de contraseñas más conocidas, John the Ripper se utiliza principalmente para descifrar contraseñas almacenadas en forma de hash. Admite varios modos de descifrado, como ataques de diccionario, ataques de fuerza bruta y ataques híbridos. Es altamente personalizable y puede configurarse para utilizar conjuntos de caracteres o reglas específicas, lo que la hace versátil para diferentes escenarios de ataque.
  • Aircrack-ng: Un completo conjunto de herramientas diseñadas específicamente para crackear redes inalámbricas WEP y WPA/WPA2-PSK. Aircrack-ng puede capturar paquetes de red y utilizarlos para realizar ataques de diccionario o ataques de fuerza bruta para recuperar la clave.

Herramientas de defensa y contramedidas

  • Cortafuegos de Aplicaciones Web (WAF): Los WAF pueden detectar y bloquear intentos de inicio de sesión maliciosos, especialmente cuando se configuran con reglas para identificar patrones de fuerza bruta, como múltiples inicios de sesión fallidos desde una misma dirección IP.
  • Sistemas de Detección y Prevención de Intrusiones (IDPS): Estos sistemas supervisan el tráfico de la red y la actividad del host en busca de indicios de ataques de fuerza bruta. Pueden configurarse para detectar patrones anormales de inicio de sesión y activar alertas o bloquear las IP infractoras.
  • Plugins y software contra la fuerza bruta: Para sitios web y aplicaciones, plugins como Wordfence (para WordPress) o Fail2Ban pueden ayudar a detectar y bloquear intentos de fuerza bruta, incluir IPs en listas negras y aplicar bloqueos de cuentas tras repetidos intentos fallidos.

Cómo pueden protegerse las organizaciones

Las organizaciones pueden protegerse de los ataques de fuerza bruta centrándose en cinco estrategias clave:

  1. Implementa la autenticación multifactor (MFA): MFA proporciona una capa esencial de seguridad al requerir una verificación adicional más allá de una simple contraseña. Esto reduce significativamente el riesgo de acceso no autorizado, incluso si las contraseñas se ven comprometidas.
  2. Aplica políticas de contraseñas fuertes: Asegúrate de que todos los usuarios crean contraseñas complejas y únicas y las cambian con regularidad. Combina esto con mecanismos de bloqueo de cuentas para limitar el número de intentos fallidos de inicio de sesión, dificultando los ataques de fuerza bruta.
  3. Realiza periódicamente auditorías de seguridad y evaluaciones de vulnerabilidad: Realiza periódicamente auditorías de seguridad internas y externas, pruebas de penetración y análisis automatizados de vulnerabilidades para identificar y mitigar posibles puntos débiles que podrían ser aprovechados por los atacantes.
  4. Supervisa y analiza la actividad de los usuarios: Utiliza la supervisión en tiempo real y el análisis del comportamiento para detectar intentos de inicio de sesión sospechosos y comportamientos anómalos de los usuarios. Esto permite una detección temprana y una respuesta rápida a los ataques de fuerza bruta en curso.
  5. Educa y forma a los empleados: Imparte formación continua de concienciación sobre seguridad para asegurarte de que los empleados comprenden los riesgos de las contraseñas débiles, el phishing y otras tácticas de ingeniería social. Fomenta el uso de gestores de contraseñas y realiza ataques simulados para reforzar las buenas prácticas.

Centrándose en estas estrategias básicas, las organizaciones pueden construir una defensa sólida contra los ataques de fuerza bruta y mejorar su postura general de ciberseguridad.


Conclusión

Los ataques de fuerza bruta son una amenaza persistente en el panorama de la ciberseguridad. Comprender cómo funcionan estos ataques, sus diferentes tipos y los riesgos potenciales asociados a ellos es crucial para cualquiera que desee salvaguardar sus activos digitales. Aplicando medidas de seguridad sólidas, como políticas de contraseñas robustas, autenticación de dos factores y mecanismos de bloqueo de cuentas, tanto las personas como las organizaciones pueden reducir significativamente la probabilidad de ser víctimas de estos ataques implacables.

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